lunes, 11 de enero de 2010



JUAN MARSÉ
Juan Marsé nace en Barcelona el 8 de enero de 1933, como Juan Faneca Roca. Su madre muere en el parto, dejando al taxista Faneca solo con su hija pequeña y el recién llegado. En el transcurso de una de sus carreras coincide con el matrimonio Marsé, una joven pareja que lamenta no tener hijos: el futuro novelista será adoptado a las pocas semanas de su nacimiento. Como afirma Vázquez Montalbán, "el padre biológico se convirtió en un mito fugitivo que algún día volvería y escasamente volvió en dos ocasiones, aunque en su retiro en un pequeño pueblo de Cataluña, el viejo Faneca comentaba con orgullo que era padre de un escritor importante... El mito del padre aplazado se agranda, se ultima en Un día volveré, pero subyace en sus novelas como sombra o cicatriz, adivinadas".
Sus primeros años transcurren entre Barcelona y dos pueblos de la provincia de Tarragona donde vivían sus abuelos, Sant Jaume dels Domenys y Arboç del Penedés. Asiste a una escuela de barrio, Colegio del Divino Maestro, hasta 1946. Fue un pésimo estudiante, pasaba casi todo el tiempo jugando en la calle y descubriendo los escenarios que con el paso de los años configuran su particular territorio literario: Gracia, el Guinardó o Monte Carmelo. Su entorno, repleto de estrecheces, apenas le aporta vivencias culturales; su mundo estético y literario se conforma de novelas de aventuras que le entusiasman y, sobre todo, de la magia del cine americano de la época, algo que le atrae irresistiblemente. Su familia pertenece al bando de los vencidos; el mismo Marsé se declara "voyeur del anarquismo": "forma parte de mi memoria histórica, del entorno de mi familia durante la guerra y después de la guerra. Mi padre Marsé había sido de Esquerra, luego del PSUC, pero siempre fue un militante atípico, por lo libre. Él no era exactamente anarquista. Era un resistente."
A los trece años empieza a trabajar como aprendiz de joyero, oficio que desempeñará hasta 1959; durante este tiempo el muchacho de pelo rizado y espeso, de tímida sonrisa, descubre su inquietud literaria. Estudia de forma autodidacta, entre 1957 y 1959 aparecen sus primeros relatos en la revista "Ínsula", gracias a las recomendaciones de su amiga Paulina Crusat. Obtiene el premio Sésamo de cuentos en 1959.
Durante el servicio militar en Ceuta, a los 22 años, comienza a elaborar su primera novela, Encerrados con un solo juguete; años después, en 1960, la presenta al Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, declarado desierto por falta de quorum, con ella queda finalista y arranca su carrera novelística. Aunque la novela colma las aspiraciones de críticos y novelistas, que por entonces cultivan el denominado "realismo social", Marsé no se encuentra realmente satisfecho. Aconsejado por Gil de Biedma viaja a París este mismo año, sobre él afirma "la lectura de su obra y el conocimiento de Jaime fueron capitales". Allí trabaja de mozo de laboratorio en el Departamento de Bioquímica Celular del Institut Pasteur, al servicio de Jacques Monod, premio Nóbel, de ideología comunista, con el que a veces dialogaba sobre la situación de la España franquista. Comienza su relación con el PCE: "Me hice del Partido Comunista de España en París no por Monod, sino porque era el único que hacía algo contra Franco. Luego me separé por una cuestión de intransigencia. Se metieron con la vida privada de un camarada que al parecer follaba con quien no debía".
Vuelve a Barcelona, publicando en 1962 Esta cara de la luna, hoy repudiada por el autor y desterrada del catálogo de sus obras completas. En 1965 publica Últimas tardes con Teresa, su primera gran novela, que le vale finalmente el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral. Este libro podría definirse, como hace Gonzalo Sobejano, "como una parodia sarcástica de la novela social en sus dos vertientes, como testimonio de los sufrimientos del pueblo y como testimonio de la decadencia de la burguesía". Marsé dirá "creo que tengo una inclinación natural al esperpento...soy grande admirador de Valle Inclán... Puede que mis personajes [habría que añadir, la realidad] queden deformados por la caricatura". Ya del todo seguro de su vocación literaria, abandona su oficio de joyero y comienza a trabajar en colaboraciones para editoriales, traducciones, columnas en periódicos y revistas y diálogos para cine, junto a Juan García Hortelano, gran amigo suyo.
Se casa en 1966 con Joaquina Hoyas, de la que tendrá dos hijos, Alejandro, que nace en 1968, y Berta, en 1970. En este mismo año, 1970, publica la excelente novela La oscura historia de la prima Montse, donde encontramos las claves del universo literario que ha seguido cultivando hasta el presente.
Entre 1970 y 1972, respaldado ya por un gran éxito, en plena madurez creadora, escribe su novela más valorada y una de las más brillantes de toda la narrativa castellana de la posguerra: Si te dicen que caí. A través de un fabuloso recorrido por su infancia, Marsé, recrea la realidad histórica que le interesa rescatar -la etapa de la posguerra española-, con el fin de desvelar esa actitud crítica frente a la realidad sociológica, que constituye la clave interpretativa de toda su obra. Su postura de escritor es "... de rechazo frente a la sociedad, sea cual sea... Es muy saludable una actitud de irritación y crítica..." Inmediatamente censurada en España, se vio obligado a publicarla en México, en 1974, donde recibe el Premio Internacional de Novela. En 1974, comienza a colaborar con la revista "Por favor", donde se ocupa de una columna de relatos literarios de personajes de actualidad, con gran éxito. En 1978 obtiene el Premio Planeta con La muchacha de las bragas de oro. Su universo literario se asienta y se confirma con Un día volveré (1982), Ronda del Guinardó (1984) -1984 será el año en que sufre un infarto y ha de someterse a una delicada intervención quirúrgica- , Ronda del Guinardó (1984) y su volumen de cuentos Teniente Bravo (1987). Vázquez Montalbán asegura, "a partir de este momento [se refiere al periodo que media entre la publicación de Si te dicen que caí y Ronda del Guinardó] te dedicas a recuperar tu memoria, individual y coral, contra la obligada amnesia del vencido de la guerra civil". Así lo admite el autor, que no descarta sin embargo la memoria como "material esencial" en el conjunto de todas sus novelas. Afirma Marsé, "... la realidad me interesa poco, de modo relativo. Tiendo a una realidad elaborada... no soy un reproductor de historias; las creo yo. Adoro la verdad inventada"; y los elementos que sostienen esa "verdad inventada" de Juan Marsé son la memoria y la palabra, ambas imprescindibles.
La década de los noventa supone la consagración definitiva del escritor barcelonés. En 1990 recibe el Ateneo de Sevilla por El amante bilingüe; en 1994 le conceden por El embrujo de Shangai el Premio de la Crítica y el Aristeion.
Pasarán siete años para que Marsé rompa su silencio y publique, en el 2000, su última novela, que obtiene el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa: primer reconocimiento oficial que ha hecho justicia, aunque con tardanza, a uno de los grandes novelistas de la literatura española.
Escritor autodidacta, se define a sí mismo como novelista catalán que escribe en castellano. Pertenece a la promoción de jóvenes escritores que entre 1955 y 1970 procuran la superación de la narrativa española desde el punto de vista de las técnicas vigentes en su tiempo y desde la visión crítica de la realidad española que les tocó vivir. Se le relaciona con autores como Martín Santos, Juan y Luis Goytisolo, García Hortelano o Antonio Ferrés, ya que con ellos comparte alguno de sus caracteres narrativos. No obstante, resulta arriesgado ubicarle con certeza en alguna de las tendencias narrativas existentes: su personalidad de narrador se distingue como única, diferente. Ni siquiera podemos encuadrarle en el "realismo mágico", quizá la corriente a la que más se acerca su producción. Su obra, eso sí, supera con creces la llamada novela social de los años cincuenta. Marsé, justifica su oficio de escritor como el modo de "poner orden al caos" y señala que los ámbitos del caos afectan a su yo, al entorno y a la materia verbal. "Pero en el fondo se movilizan razones de orden estético" -concluye-, "Esta es mi tarea".

BIBLIOGRAFÍA
Encerrados con un solo juguete (1961)
Esta cara de la luna (1962)
Últimas tardes con Teresa (1966)
La oscura historia de la prima Montse (1970)
Si te dicen que caí (1973)
La muchacha de las bragas de oro (1978)
Ronda del Guinardó (1984)
Un día volveré (1982)
Teniente Bravo (1986)
Señoras y señores (1988),
El amante bilingüe (1990)
El embrujo de Shanghai (1993)
Rabos de lagartija (2000)
La gran desilusión (2004)
Relatos:
La fuga de río Lobo (Destino, 1985)
Teniente Bravo (Plaza & Janés, 1986)
Artículos periodísticos:Señoras y señores (Punch, 1975; Tusquets,1987)
Confidencias de un chorizo (Planeta, 1977)
PREMIOS
Premio Biblioteca Breve Seix Barral (1965)
Premio Internacional de Novela "México" (1973)
remio Planeta (1978)
Premio Ciudad de Barcelona (1985)
Premio Ateneo de Sevilla (1990)
Premio de la Crítica (1994)
Premio Europa de Literatura (Aristeión) (1994)Premio Sésamo de cuentos (1959)
Premio Juan Rulfo (1997)
Premio Internacional Unión Latina (1998)
Premio de la Critica (1993 y 2000)
Premio Nacional de Narrativa (2001)
Premio Cervantes (2008)

(http://www.escritores.org/index.php/biografias/318-juan-marse)

No hay comentarios: